él ya no escribe,
al menos donde pueda leerse,
al menos donde pueda leerlo yo.
Pasa y deja sobras y pasa a mi casa y deja sosobras
y palabras sin sentido y sin peso,
sin voz, sin quererlo.
Sus pistas son tan débiles que
aveces pienso que ya está muerto,
y entonces recuerdo que fui yo,
quien lo mató con el adiós.
El sigue vivo,
y sigue escribiendo,
con y para otras,
en otras casas, en otros terrenos,
en nuevos trabajos y en los mismos bares.
Solo murió lo que fuimos.
Nada más.
fotografía de devianart.com
Posted by Verónica R | | Email post 
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Hermoso, hace recordar que la escritura de la vida es también tachadura, faltas de ortografía, borrón sin cuenta nueva, o regresiva pasión por el silencio. La última línea lo condensa.
Un gusto leerte
~Oo°~
saludos angel, pues si, así es la vida..
una puta lastimera" como mienta el cuento.
:)
corro a tu sitio a saludar.
~Oo°~
saludos angel, pues si, así es la vida..
una puta lastimera" como mienta el cuento.
:)
corro a tu sitio a saludar.
~Oo°~
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