

Digo lo siguiente pues uno descubre cuán vasto y diverso es el mundo con sólo ver la televisión que es producida en otros países, como España. Lo sorprendente es ver que allí tienen una problemática idéntica a la que tiene Estados Unidos con México y los países centroamericanos, es decir, la inmigración ilegal proveniente del tercer mundo y la tragedia humana que lleva implícita.
Allí a los africanos de raza negra los llaman subsaharianos y estos se lanzan a odiseas para ir del África ecuatorial occidental para cruzar desde Malí para cruzar el desierto del Sahara por Argelia, luego cruzar hacia Marruecos y de allí irse por Las Islas Canarias para llegar a España y Francia.
Durante su viaje por el desierto los subsaharianos se exponen a ser robados por soldados, policías, ladrones, traficantes de ileales, guerrilleros, beduinos, o sufrir desastrosos accidentes que les pueden costar la vida ya sea viajando por tierra o por mar. Eso en México y en Centroamérica es algo que nos suena terriblemente familiar.
Es sabido cómo muchos inmigrantes ilegales de Centroamérica que quieren llegar a los Estados Unidos se ven obligados a cruzarse por México por la jungla en donde existen pandillas llamadas “Maras” que se dedican a depredar a estos inmigrantes ilegales que llevan considerables cantidades de dinero para solventar sus gastos. Generalmente usan el tren como medio de transporte para salir de Chiapas y viajar hacia el norte, evitando de tal forma ser interceptados por los agentes de inmigración de México. Por desgracia, muchos se caen del tren a las vías y muchas veces son mutilados, perdiendo brazos y piernas.
Una vez llegado al norte, los inmigrantes de Centroamérica como los de México tienen que atravesar el Desierto de Sonora, lugar donde hay menor vigilancia por parte de la guarda fronteriza de Estados Unidos. Por desgracia muchos se pierden y mueren de frío durante el invierno y de insolación y sed durante los meses del verano.
Por su parte, los subsaharianos dicen que exponen sus vidas para realizar semejantes viajes pues en uno o dos años dicen que harían más dinero en Europa Occidental que los que ganarían toda su vida trabajando en su tierra natal. De igual forma, las comunidades que reciben el dinero que los inmigrantes ilegales que trabajan en América del Norte y Europa son más prosperas y tienen mejores servicios públicos que las que no los tienen. Los ancianos y líderes les piden a los europeos (españoles) que hicieron tal documental o reportaje que vayan a sus tierras y les digan a sus líderes que no traten a sus hijos como criminales, pues lo único que buscan es ganarse la vida en forma más digna y brindarle bienestar a sus familias y a su tierra. Otro dato importante es que el dinero enviado por remeses desde Europa es superior a la ayuda brindada por las naciones desarrolladas para impulsar el desarrollo de los países africanos. Eso también es algo que suena muy familiar en México y Centroamérica, en donde las remeses enviadas por los inmigrantes de Estados Unidos es el único sostén de muchas comunidades pobres.
Los españoles están interesados en este tema debido a que muchos de esos subsaharianos llegan a su país en busca de trabajo, y representan un problema demográfico serio para ellos y tienen que estar informados. Sin embargo, dudo que sepan mucho de lo que ocurre con los inmigrantes de América Latina que viajan a Estados Unidos. En sí, es la misma dinámica, la misma problemática, el mismo fenómeno.
En cambio, en Estados Unidos al parecer nadie informa sobre esta problemática a la opinión pública, y hay hasta grupos radicales anti-inmigrantes dedicados a cazar a estos inmigrantes como criminales y enviarlos de regreso a México, de igual forma hacen campañas de desprestigio donde dicen que la mano de obra de mexicanos y centroamericanos en restaurantes de comida rápida es insalubre y es un foco de enfermedades infecciosas. Como es evidente, su interés está motivado por el racismo más que por cualquier otra causa. Es decir, no les importa que sea una forma de supervivencia que tengan los inmigrantes y la única forma de brindarles una vida digna a sus familias en una tierra que no produce el dinero ni el trabajo necesario para evitar que millones de habitantes de México y Centroamérica vivan sumidos en la pobreza.
También es doloroso que los mexicanos tratemos a los centroamericanos con la misma inmisericordia que los argelinos y marroquíes tratan a los subsaharianos, deportando a los inmigrantes ilegales de nuevo a la pobreza y a la desesperanza, para que de nuevo se armen de valor y se atrevan a emprender de nuevo el viaje.
Me resulta inmoral que los medios masivos de comunicación del mundo nos mantengan desinformados y no muestren a todos estas realidades. Que la gente rica del primer mundo no se inmute al ver cuando deportan a un inmigrante ilegal y no se den cuenta de que lo están regresando a la miseria y a la muerte; y que de igual forma mantengan a los países pobres desinformados y desunidos, para no luchar en un frente común para que los países desarrollados permitan una emigración más humanitaria y que no le cueste la vida a quienes la emprenden. Muy bien podrán imponer barreras legales y policíacas para impedirla; pero es una realidad que a pesar de ello la inmigración continuará, lo quieran o no.
México/Opinión/http://periodistaataraxydesempleado.bmlogspot.com
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